Deja que me salve la noche
en un suspiro incómodo
en soplo del viento
envejecido
con aroma a tabaco
y a libros viejos manoseados.
Deja que la noche me salve
en un cerrar de ojos calmado
cansados caerán
agotados de ser refugio de mis lagrimas
mi juventud arde
mi piel enrojecida quema
¿dónde está la partida?
¿dónde está el final?
Que la noche me salve
si tu la dejaras salvarme
no gastarías dinero en comprar cuerdas
no gastarías tiempo atándome a tu cuerpo
no intentarías sostenerme
en tanto vacío
donde mi nombre se pierde.
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