martes, 10 de septiembre de 2013

1:22

Señor
en la tiniebla las alas se golpean
en el infinito,
el silencio es un viajero.

Los ojos arden y sudan
porque no ven,
señor, fuiste tú.

No es ceguera
están frente a un cuadro vacío
claro como la nieve
oscuro como tus mugrientas manos.

Los ojos arden y sudan,
las manos caen al suelo sin cuerpo,
los cuerpos caen al mar sin sangre,
dejan de caminar y no queda huella.

No hay comentarios: