martes, 14 de enero de 2014

Diez pasos en reversa hacia el futuro

Entonces la belleza obvia,
la lindura exclamada,
y toda sonrisa amable azucarada,
son recogidas de lo alto,
y alzadas al suelo,
a la tierra muerta,
al barro de la mente.

 En el momento,
en mi momento,
cuando momento es tú voz,
entre lineas de aire eléctrico,
golpeo la mesa con mi puño tibio.


Añoro el susurro,
el céfiro de tu palabra
entre mi oído y mi cuello,
quiero sentir el cosquilleo
de tu razón viva.

Cuando yo quiero mirarte esos ojos,
tocarte esas manos,
saborearte esa boca que tu tienes,
que tu tienes únicamente ,
que tu tienes de piel y calor.

Reniego de las imágenes,
repudio la tela que indigna cubre tu cuerpo,
y todo lo enumerado,
y todo lo conectado.

Renuncio,
abandonaré este encierro,
esta cárcel tan iluminada por la sombra del ser,
rechazo cada cable inyectado en mis venas,
que me conectan con un mundo poco mío,
del cual soy muy suya.

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